EL RESPETO.
El respeto, según la definición del diccionario, es la veneración, deferencia, que se tiene por alguna persona o por alguna cosa. El respeto es lo contrario del desprecio; es el sentimiento que nos induce a reconocer la superioridad del otro. El sentimiento de respeto, lejos de turbar el alma como lo puede hacer la envida o los celos, por ejemplo, la deja serena y tranquila. Una nación se puede juzgar por el grado de respeto que se tengan los ciudadanos los unos a los otros. El respeto es la mutua consideración que se deben y se guardan los masones. Es, sin duda, uno de los adornos más envidiables con los que se enaltecen.
Si somos capaces de trasladar esa mirada levemente comprensiva, podremos recordar cuántas gárgolas nos presentaron los otros y cuántas sacamos del desván de nuestro subconsciente cada vez que acometimos un momento de cambio y una transformación profunda como es el caso de nuestra Iniciación como masones. Por eso es tan importante esa idea, nombre o concepto que catalogamos como respeto hacia los demás, En cuanto a nosotros como masones, los autoengaños para convencernos de no adentrarnos dentro de la catedral y quedarnos afuera con las gárgolas, mirando la fachada de lo que es la masonería, nos impedirá hacer el cambio y quedarnos solamente en las puertas. Para entrar necesitas pensar, para pensar necesitas concentración y para concentrarte necesitas silencio. Y no es el silencio de los oídos lo que necesitas. Es preciso el silencio del alma o del corazón. Queridos Hermanos, una de las actitudes más importantes en la vida es prestar atención. Toda práctica espiritual profunda nos invita a ello. Es el viejo aforismo escrito sobre la entrada del templo de Apolo en Delfos, conócete a ti mismo.
Efectivamente, para conocerse a uno mismo, para conocer mejor a nuestros impulsos, los motivos y los movimientos de nuestra mente, los senderos profundos de la vida, no hay otra vía distinta a ésta: prestar atención. Observar íntimamente dónde se generan nuestros pensamientos y sentimientos. Creo que es muy importante en el ámbito masónico hablar de la humildad. Esta palabra, humildad, tiene un significado radical que es volver al humus, que en latín es la tierra, es decir a lo básico. Desde allí, desde el humus, podemos comprender que algunos de los acontecimientos de nuestras vida que fueron relevantes no sucedieron de manera previsible. Así que, si no fueron predecibles, es que la lógica nos invita a pensar que lo que no sabemos es a veces más importante que aquello que sabemos. Todas las responsabilidades masónicas que he tenido en mi vida me han enseñado que cuanto más alto estás, más humilde debes ser para con tus Hermanos. Si la vida te ha llevado a recibir el tratamiento de Respetable Hermano, uno debe hacerse merecedor de por vida de ese título otorgado. Un regalo.

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